martes, 1 de septiembre de 2009

Morir a caballo

Aunque algunos aficionados lleven hasta el paroxismo su cariño al caballo, al punto de exclamar ante los amigos en veladas para el recuerdo que su sueño sería morir sobre su caballo dando un paseo por el campo, y hasta celebremos la ocurrencia, nos quedamos mudos como periodistas pero, sobre todo, sobrecogidos y destrozados como padres, al saber que una pequeña de 13 años -¡¡trece años!!- en la flor de su vida y con todo un mundo por delante, se nos ha ido para siempre en un pueblo en feria de nuestra Andalucía.

Ha sucedido en una de esas tardes en las que agosto agoniza, en nuestra Andalucía y hasta nos duele en el alma pulsar las teclas de nuestro ordenador para ocuparnos de esta terrible noticia.

Imaginen la escena: tarde de feria en un bello pueblo serrano de Cádiz, Olvera, un chaval, también menor de edad, a caballo con una mocita a la grupa, caballo que -al parecer tras recibir un mordisco de otro- se alza de manos, ambos al suelo y la niña, porque era casi una niña, muerta casi en el acto al sufrir un golpe letal contra el suelo.

¡Qué horror!

Imaginen ese pueblo de menos de 9.000 habitantes.

Pero imaginen -sin son capaces- a esos padres que despidieron a su hija, seguro que tan guapa para la ocasión, a media tarde y se encontraron con una de esas llamadas que te llenan para siempre de oscuridad el alma y te amargan, para los restos, la vida. Una vida ya marcada eternamente y sin sentido alguno al troncharse la rosa que alegraba la casa.

Y se llamaba Rosa.

¡Qué pena más negra y más grande!

Por mucho que haya cosas que no tienen consuelo de ninguna manera, como la que nos ocupa, vaya desde aquí nuestra condolencia más sentida para toda su familia y el pueblo de Olvera.

Y los demás, reflexionemos.

3 comentarios:

Marin dijo...

Descansa en paz Rosa. Desde Huelva, con cariño.

Anónimo dijo...

Algo falla cuando nos piden mil y un papeles para mover nuestro caballo con certificados absurdos de veterinarios que ni te miran el Van siempre que pagues(a ver cuando denuncian esta corruptela)y niños sin la menor idea siguen montando en nuestros pueblos con la aquiescencia de sus padres. Lo único que digo es que muy poco pasa con las barbaridades que vemos en ferias y romerías sobre todo laa últimas. Incluyo a los mayores, claro que si. Un saludo desde Los Palacios y felicidades por el programa. Mi pésame para la familia de Rosa de Olvera, con los mismos años que mi niño pequeño.
Luis.

Anónimo dijo...

Luis lleva toda la razón. Una pena lo de esta chavalita.

María José - La Algabagrorcurs